Reencuentro   

Yo destejí la horas, aquellas de la infancia

y rescaté mis duendes en columpios celestes.

Parada en la cornisa de los años miraba

pasar las carabanas las carrozas del tiempo.

Yo destejí los días, aquellos de la infancia,

aquellos del olivo la higuera y la palmera.

Entre las canaletas herrumbadas de lluvias

los recuerdos dormían su siesta interminable.

Yo destejí las horas aquellas de la vida,

deshenebré los sueños que exparcí por el barrio.

Suspendida en la bruma con las alas abiertas,

los brazos extendidos me aguardaba la casa...

Qué extraña fue esa noche! Después de tantos años,

en la vieja cocina cené con fantasmas.